Un viaje culinario por Singapur

Visitamos su Bar de Quesos y Chocolate, que tenía 14 tipos de queso y 57 tipos de chocolate...

era el polo opuesto de Bangkok. Mientras que esta última es caótica, sucia y de ritmo rápido, Singapur es un oasis de calma, limpieza y prosperidad en el extremo sur de Asia sudoriental.

Debo admitir que antes había estado en Singapur y realmente no me gustó. En ese entonces era más joven, un mochilero de 24 años con ganas de ensuciarme las manos experimentando en los rincones más aventureros de Asia. Singapur, a pesar de todas sus gracias, no era lo suficientemente cruda para mis gustos. Llegué, comí un cangrejo picante y luego me aventuré en lo profundo de la jungla de Malasia.

Esta vez he venido con una perspectiva diferente y una misión clara: comer. Singapur se trata de comida, y Alex y yo decidimos utilizar la semana para explorar los muchos aspectos de la cocina singapurense, desde la china a la india y malaya.

Primero tuvimos que observar el panorama, lo que hicimos al tomar un crucero por el Río Singapur con Explorador del Río Singapur. Además de tomar algunas fotos preciosas con nuestro trípode, vimos la historia de Singapur desplegarse ante nuestros ojos: el distrito cívico británico fundado por Sir Thomas Stamford Raffles en 1819, luego río arriba pasando por las casas de mercaderes chinos que construyeron los cimientos para la prosperidad de Singapur moderna.

Estas casas han sido renovadas en bares y restaurantes a orillas del río, la mayoría de ellos centrados en Clarke Quay, hogar de la vida nocturna de la ciudad. Pero nuestra noche comenzó de manera más tranquila con un cóctel clásico en un lugar elegante: un Singapore Sling en el Hotel Raffles. ¡Lista de deseos: chequeado!

Pero no nos quedamos en el Raffles: nos alojamos en el Festive Hotel en la isla Sentosa, parte de Resorts World Sentosa donde jugamos al día siguiente. Comenzamos en Adventure Cove Water Park antes de dirigirnos al S.E.A. Oceanario, el más grande del mundo donde nos pusimos estos trajes de buceo que recuerdan a los trajes básicos estilo casco de los primeros buceadores para la Aventura Sea Trek. Aunque no se compara con un verdadero buceo, es una excelente manera de nadar con miles de peces sin necesidad de obtener la certificación de buceo. Terminamos el día en Universal Studios Singapur en Transformers: The Ride antes de tener una épica comida en Malaysian Food Street, un mercado de alimentos que reunió lo mejor de la cocina malaya en un solo lugar.

Nuestra búsqueda de comida continuó al día siguiente. Nos encontramos con Anand un locutor de radio local de lengua tamil de 96.8FM que se ofreció a mostrarnos Little India. Comenzando con un desayuno típico de prata y té tirado, luego pasamos por un templo hindú para presenciar una boda india antes de ir al Restaurante Banana Leaf Apollo para un plato clásico singapurense: curry de cabeza de pescado.

Luego nos reunimos con la embajadora de comida de Singapur, Violet Oon, que nos llevó a su cocina para mostrarnos cómo hacer algunos platos locales peranakanos, que combinan influencias chinas y malayas y se inspiran en el papel histórico de la región en el comercio marítimo de especias.

El plato final se sirvió en el Mercado de Comida de Maxwell Road, un “mercado de vendedores ambulantes” de puestos de comida locales donde nos encontramos con el blogger singapurense Bryan Choo, que nos ayudó a navegar los vendedores y encontrar la mejor comida callejera en la ciudad.

Todo ese comer pidió una corrida. A la mañana siguiente corrimos hasta Faber Hill para tomar el teleférico a Isla Sentosa, haciendo una parada en el bistró Spuds and Aprons para tomar un batido rápido en el camino.

Una vez en la isla fuimos al Wavehouse para surcar una ola artificial. La idea básica es esta: una bomba arroja agua sobre una pared de plástico para crear una ola artificial perfecta en proporciones. Con una hora a nuestra disposición, aprendimos los conceptos básicos en la ola de calentamiento antes de lanzarnos a la ola más grande y más intimidante con barriles tan altos como la cabeza.

Nuestro objetivo era simple: lograr al menos un barril cada uno. Irónicamente, aunque mi hermano Alex es un mejor surfista que yo, ¡de alguna manera logré encontrarme en el primer barril de mi vida! Fue una misión kamikaze corta en la boca de la bestia que me masticó y escupió, pero estaba muy contento de poder tachar un importante ítem de mi lista de deseos acuáticos. ¡Punto!

Luego fuimos a volar. Directamente por la calle está el simulador de paracaidismo iFly que es el túnel de viento vertical cubierto más grande que produce la sensación de paracaidismo sin saltar de un avión. Te vistes, te pones en fila y uno por uno saltas al túnel, volando aproximadamente un metro sobre el suelo mientras aprendes los movimientos básicos de paracaidismo: equilibrar, girar y moverte hacia adelante y hacia atrás. Después de dos saltos, ambos nos sentimos más preparados para lo real... ¡pero eso vendría después!

Pasamos el resto de la semana en el Marina Bay Sands, un lujoso hotel con casino justo en la desembocadura del Río Singapur. Tiene una vista imponente del horizonte de la ciudad, que se observa mejor desde la piscina infinita en la azotea o su bar de cócteles y club, Ku De Ta. Después de ver el atardecer con estilo, pudimos probar algunas de sus creaciones culinarias más únicas en db Bistro Moderne, la hamburguesa db: solomillo relleno de foie gras y cerdo desmenuzado. Decadente y delicioso. Para el postre visitamos su Bar de Quesos y Chocolate, que tenía 14 tipos de queso y 57 tipos de chocolate. Me comí todos los quesos, pero me rendí después de una veintena de tipos de chocolate.

La inevitable comida-coma golpeó fuerte, pero por suerte estábamos en una habitación de lujo con vista a la ciudad. Después de filmar nuestro video blog, editar los videos y escribir los scripts, nos despedimos de Singapur y abordamos el avión a nuestro último destino en Asia: Bali.

¿Quieres saber qué sigue para Marko y Alex? Entonces mantente atento a nuestro blog y sintoniza BBBtv...